El viaje desde Badajoz hasta Cazo, en el concejo de Ponga, es largo, largo, pues son 725 km. Hasta Palencia se va bien por autovías, pero a partir de aquí hasta Riaño, hay que coger varias comarcales, algo liosas. Cuando vas llegando a Riaño en León, ya se divisa el murallón de los picos de Europa y comprendes que aquí se parara la conquista romana o árabe, pues son parajes difíciles de traspasar. Bonito, muy bonito es el pantano de Riaño en donde se recortan las primeros picos de las sierras asturianas. La luz al atardecer, con un cielo limpio, brillaba de una manera diferente a como vibra en el sur. En el norte la luz tiene matices que se cuelan entre las montañas; claroscuros de curvas incesantes en donde la derecha del paisaje pasa a la izquierda sin continuidad. Una borrachera de retuertos y luces.
Al puerto del Pontón; por ahí es por donde se accede a Asturias, a la parte más humilde de esta tierra, a Ponga. Se sale de León por un bonito desfiladero, profundo y estrecho, como deben ser los desfiladeros, y hasta su nombre es bello, "Desfiladero de los Beyos", que sigue el curso del recién nacido río Sella. El termino Beyu, en el habla de la zona significa: garganta muy estrecha por donde un río se encajona tanto, que casi desaparece. La carretera horada la montaña con dos pequeños túneles y a la vera del segundo, un verdoso cartel nos señala que ya estamos en Asturias y a la vez en Ponga.
Veo que estas en camino, sigue adelante.
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